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Una ciudad crece cuando sus ciudadanos lo hacen. Y para ello es necesaria la comunicación, la participación, la implicación. La atonía que desde hace algunos años atraviesa esta Ciudad (O mejor dicho, sus ciudadanos) hace que nosotros engordemos, en vez de crecer. Más naves, más viviendas, más calles, pero sin alma. Este blog pretende animar, no hay otro objetivo.

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Lugar: Alcalá de Guadaíra, Sevilla, Spain

miércoles, marzo 21, 2007

Alcalá, ciudad de la impunidad

Nadie, en puridad objetiva, podrá negar que las inversiones en Alcalá en este mandato de nuestro Alcalde son espectáculares. El cambio en la fisonomía de la ciudad es innegable, y ésta es la época en la que más se ponen de manifiesto. Es la hora de las inauguraciones, de los cortes de las cintas, de las "copitas" de celebración.
Así, acabamos de ver la apertura de una residencia de ancianos (cierto, privada), de un magnífico gimnasio (cierto también, privado en suelo público), de un nuevo Centro Polivalente en el Distrito Norte, de un punto limpio, veremos pronto una guardería, un colegio y la guinda, el puente del Dragón (por cierto, hablaremos de sus condiciones de seguridad, sin arcenes, con guardarrailes criminales, curvas mortíferas, etc.). Ello sin olvidar la Avenida de la Constitución, o Santa Lucía, o muchos más arreglos.
Eso mejora la ciudad y es innegable. peo eso no es bastante. Una Ciudad es y debe ser más que un conjunto de edificios e insfraestructuras. Es convivencia, es respeto a las normas.
Y en eso, Alcalá no va bien. No, Sr. Limones. En eso usted y su equipo están suspendidos. Y pondremos algunos ejemplos.
En Sevilla, en Dos Hermanas, en Utrera, en todos sitios, se ha ido consiguiendo, con constancia y mano firme (que no es lo mismo que mano dura) que todos los conductores de ciclomotores, motocicletas y quads usen cascos. En Alcalá, no. Aquí la Ley no se aplica. Aquí sigue habiendo escapes libres, motos que se trucan, que hacen "varillitas" por las calles, que usan los badenes para hacer el caballito.
En Alcalá, aparcar en doble fila sigue siendo la norma. Veamos la calle La Mina a cualquier hora. Y ahora peor. Dése una vuelta por La Plazuela por la mañana. Coches en doble fila, encima de la acera, en los pasos de peatones. O, peor aún, vayan por El Duque, sede del Ayuntamiento. Coches por todos lados, incluso prohibidos, aparcados en la mediana. Y no vayamos a la zona norte de Alcalá. Sairu es imposible. No se puede andar por las aceras en la noche, están ocupadas por los coches.
Y poco, o nada, se hace. Y no echemos más la culpa a la Policía Local. En ella hay magníficos profesionales. Tambien menos. Claro, hay de todo. Pero la media es muy buena. Lo que no hay, según dicen ellos, son órdenes. Nadie quiere dar la cara.
No sirve de excusa que no hay aparcamientos. Es cierto, no los hay. Los que se venden como que se han hecho nuevos son mentiras. En El Duque, mucho mejor arreglados, pero hay menos aparcamientos que antes. En el Callejón del Huerto hay los de siempre. Los de la Sevillana son menos que los que se han quitado de las calles del centro. Y hay muchos más coches en las calles. Es decir, no se ha puesto ninguna solución.
Pero eso no es excusa para el cumplimiento de la Ley. Es la Ley la que nos hace iguales. Y eso, Sr. Limones, aunque suponga tomar decisiones. Sabemos que usted prefiere sonreir y hablar del "Alma" de la ciudad, de "las Personas", de lo etéreo. Pero gobernar tambien es eso. Tomar decisiones y gobernar. Aunque para eso, hay que estar en la Ciudad que uno trata de gobernar. Y cualquier día le preguntan al entrar en el Ayuntamiento que quien es usted, porque alguno ni lo conocerá