PGOU, la Ciudad que queremos III

En estos días pasados y actuales, la corrupción basada en la especulación urbanística es noticia de primerísima plana, llenando páginas enteras de medios escritos y consumiendo horas en las tertulias radiofónicas. La base es muy sencilla. Alguien, con información privilegiada, compra suelos sin calificar, luego el Ayuntamiento lo recalifica y su valor se multiplica por 100. Sí, al menos por cien, no es una exageración.Veamos algún caso en nuestra querida Alcalá que guarda alguna similitud. Hace unos ocho años, un señor bien conocido por sus multiples negocios inmobiliarios y de servicios, entre otros Puerto Triana, compra el viejo cortijo de La Boticaria y todos los terrenos de alrededor, incluyendo zonas de Maestre y colindantes con Pirotecnica.Ese suelo tiene un valor bajísimo, en su mayoría no es ni cultivable y muy cercano a zonas protegidas de la Cornisa de los Alcores. En el lugar del cortijo levanta un magnífico Hotel, que toma su antiguo nombre. Se dice que ha comprado todo el suelo alrededor para garantizar la tranquilidad de los huespedes.Miren por donde, en el nuevo PGOU, o mejor, en su Avance, ahora aparece como suelo urbano, para construir chalets de muy alto standing, ya que allí va tambien un campo de golf, que tambien aparece en el Avance.Las preguntas son, ¿A cuánto compró este señor el suelo? La parte que ahora ha vendido, ¿A cuánto lo ha vendido? Porque si hay una diferencia de precio sustancial, y todos sabemos que la hay multiplicada por XXX, ¿sabía él que se iba a recalificar este suelo? ¿Y cómo podía saberlo? ¿Cuánto se ha embolsado? A simple vista, parece un pelotazo del nivel de los que ahora se denuncian en la prendsa, y que siempre se justifican hablando de progreso, de nuevos equipamientos, de una Ciudad que crece.... Al final, ¿Qué Ciudad nos queda?La investigación, si se quiere, parece fácil. Más complicado fue averiguar todo el asunto de Fridex y el señor Juan Guerra y se hizo.